¿POR QUÉ NOS GUSTAN LAS PELÍCULAS DE TERROR?

Aceptémoslo, aunque las películas de terror nos dan miedo, nos encanta que nos asusten, nos fascina brincar de repente de nuestro asiento ya sea en el cine o en casa, ¿quién no ha preparado una velada terrorífica para estas fechas con 'engordativos' y la película de terror de moda o la favorita?

El ser humano tiene infinidad de miedos: a las arañas, a los animales salvajes con dientes afilados, a la guerra, a las enfermedades, a lo paranormal, a cosas que no puede explicar, a la oscuridad, a monstruos y demás alimañas que alimentan nuestra imaginación cuando tenemos insomnio por la noche y comenzamos a darle forma a todas las sombras; a nuestro cerebro le encanta jugarnos bromas.

Pero si todas estas cosas nos asustan, entonces ¿porqué vemos películas de terror? ¿porqué nos gusta que nos asusten? ¿porqué sufrimos a propósito?

Bueno, sin meternos en rollos de psicología, hay muchos estudios e investigaciones que nos dicen que la amígdala derecha, la porción del cerebro asociada con el aprendizaje del miedo, responde mejor a imágenes de animales que de personas, tal vez por eso nuestros monstruos favoritos de cine son criaturas con dientes filosos como los vampiros y los hombres lobo. En 2010, Thomas Straube, hizo un estudio que mostró que las películas de miedo no activan respuestas de la misma índole en la amígdala después de todo, entonces si las películas en realidad no nos asustan, al menos a nivel químico en el cerebro… ¿Qué pasa entonces?

Sabemos que a fin de cuentas, lo que vemos en una película de terror no es cierto, es una fantasía, y aún así la vemos; sabemos también que muy dentro de nosotros existen emociones negativas que no salen a flote por que podemos reprimirlas y es exactamente por eso que nos gusta el cine de terror, nuestras emociones negativas tienen la oportunidad de salir y se sienten identificadas con lo que estamos viendo, nuestros sentimientos agresivos reprimidos salen a flote aunque sea por una hora y media o dos y por ese pequeño lapso podemos darle rienda suelta a nuestra torcida imaginación. Noel Carroll, un erudito de cine, sostiene que las películas de terror son el producto de la curiosidad y la fascinación. 

Aunque hay películas de terror originales, la fórmula casi siempre es la misma, especialmente en todas las películas de corte “Slasher” como “Scream”, “Se lo que hicieron el Verano Pasado”, “Halloween”, “Pesadilla en la Calle del Infierno”, etc., la pareja adolescente que tiene sexo es casi siempre la primera en ser asesinada, la chica más bonita y voluptuosa también es de las primeras víctimas, el padre o la madre de la casi siempre heroína virgen adolescente tampoco llega al final de la película, los amigos de la heroína son solo algunos cuantos los que se salvan y al final la chica buena y virtuosa es la que termina con el monstruo de la película. Como espectadores nos “gusta” que reciban castigo aquellos que lo merecen, en las películas de terror siempre o casi siempre reciben su merecido los villanos y triunfa el bien. Por supuesto no siempre nos sentimos identificados con el o la heroína, muchas veces son los villanos los que llaman nuestra atención, admítanlo… nos cae muy bien 'Hannibal Lecter'.

En 1986 se acuñó la “Teoría de la Socialización de Género” y ésta considera al terror como una especie de codificación de los roles tradicionales de género, a menudo se refiere a esta teoría como la “Teoría de Acurrucamiento”; esto es muy sencillo de explicar, es más agradable para un chico o una chica ver una película de terror con alguien del sexo opuesto y acurrucarse en el momento indicado. 

Las películas de terror también reflejan los miedos que tiene la sociedad, hubo monstruos mutantes en los años 50 por el miedo a la guerra nuclear, “Pesadilla en la calle del Infierno” es una muestra de la desconfianza hacia las figuras de autoridad y últimamente ha habido zombies tal vez por el miedo a una pandemia. Aunque un apocalipsis zombie es bastante improbable, el cine nos ha dado habilidades de supervivencia para mostrarnos que hacer en dado caso, recuerden que hay que hacer mucho cardio si queremos ganarle la carrera a un zombie.

El cine de terror nos hace enfrentarnos a nuestros miedos de una forma segura, exploramos nuestros temores y de alguna manera podemos vencerlos poniéndonos en los zapatos de el o la protagonista, ya que sabemos que al final de la película, el monstruo no saldrá de la pantalla para perseguirnos.

El cine es un reflejo de nuestros sueños, si esta afirmación es correcta, entonces, tal vez las películas de terror son nuestras pesadillas.