Por allá por 1926 el ingeniero José J. Reynoso, quien era el director general de la compañía cigarrera “El Buen Tono S. A.” trajo algunos de los primeros cortometrajes hablados a México. De acuerdo al cronista José María Sánchez García, en el “Cine Imperial” (antes el Teatro Colón), en la Ciudad de México, se exhibieron los primeros cortometrajes hablados que consistían en bailables, canciones, monólogos y cosas sencillas. Sin embargo, el cine hablado en México no se dio de un día para otro, hubo muchas dificultades en todo este proceso, de hecho, en diciembre de 1929 el periodista Joaquín de la Horia escribió un artículo en donde resumía todos los problemas de la llegada del cine sonoro a nuestro país. En este artículo, el periodista nos cuenta que todas las producciones de Hollywood eran ya sonoras, pero esto solo se podía explotar en países de habla inglesa; para que pudieran acceder las películas al mercado en español y en otros idiomas, s...