Bueno, en primer lugar las palomitas fueron introducidas al mercado por el inventor Charles Cretor, quien en la feria mundial de Chicago en 1893 introdujo la primer máquina móvil para hacer palomitas del mundo, era un simple motor de vapor unido a un carrito de cacahuates que cocinaba las palomitas en una mezcla de mantequilla y manteca (grasositas!)
En los años 20’s, los grandes cines peleaban una batalla en contra de los cines baratos en Estados Unidos, los llamados “Nickelodeons” que cobraban solo 5 centavos la entrada (1 nickel), mientras los otros querían crear una imagen de clase y sofisticación a la que la mayoría de la gente normal no tenía acceso.
Pero entonces llegó un cambio tecnológico que revolucionó por completo la industria cinematográfica; a partir de 1927, uno podía escuchar lo que los actores decían en pantalla. Esto abrió los cines a nuevas audiencias analfabetas.
Las palomitas salvaron el negocio del cine después de la gran depresión, los grandes teatros de cine quebraron y los cines pequeños que sobrevivían se aferraban a la vida. Todo mundo sufría menos los vendedores ambulantes de palomitas que se encontraban afuera de los cines.
Un caso curioso sobre el cine y las palomitas de maíz involucró a un muchacho llamado Kemmons Wilson. Kemmons quería ayudar a su familia así que hizo un trato con el dueño de un cine en Memphis para vender sus bolsas de palomitas afuera del cine. Compró una máquina a crédito con un valor de $50 dólares y empezó a vender bolsitas a 5 centavos cada una. ¡En poco tiempo, su ganancia semanal era de $40 a $50 dólares! Lo cual era mucho dinero en aquel entonces. El envidioso dueño del cine, al ver la ganancia de Kemmons le quitó su máquina y se quedó con el negocio. No se preocupen, la historia tiene un final feliz, a la larga este chico se hizo rico fundando un hotel y pudo comprar su propio cine, ¿el nombre del hotel? Holiday Inn.
Los cines independientes fueron los que iniciaron el negocio de las palomitas dentro de las instalaciones de los mismos cines. R. J. McKenna, un gerente que tenía una cadena de cines en el oeste de los EEUU, comenzó a vender palomitas en el lobby dentro del cine, en donde el sabroso olor a mantequilla disparó las ventas. ¡Para 1938 recolectaba más de $200,000 USD en ganancias!
Más adelante el cine tuvo otro contrincante difícil de vencer: la televisión. Fue entonces cuando las palomitas tuvieron que afrontar el reto de hacerse en casa. En 1955 EZ Pop y en 1959 Jiffy Pop, vendían sus paquetes de pulpa de maiz sin explotar en los famosos sartenes de aluminio desechables. La tecnología haría nuevamente su aparición para la industria de las palomitas hechas en casa con el horno de microondas.
Hoy en día la ganancia es proporcionada en gran parte por las dulcerías en los lobbies de los cines, las palomitas son por supuesto el artículo número uno en las ventas, toda la bola de engordativos extras que se venden aportan su parte en las ganancias, pero el maíz palomero es en definitiva el ícono de las películas por excelencia.
Al pagar el costo del boleto y nuestros deliciosos aperitivos, pagamos las concesiones necesarias para que los cines se puedan mantener activos. Gracias a este pequeño esponjoso de aire y almidón el cine pudo sobrevivir, sin palomitas simplemente no habría cines… y tal vez hasta ni películas.
¿Sabías qué?
- Adentro de la semilla de maíz palomero, hay un almidón denso y duro con poquita agua y aceite, cuando la palomita se calienta el agua se convierte en vapor pero no puede escapar de la coraza exterior de la semilla; mientras la temperatura aumenta, la presión del vapor se acumula y el almidonado interior se convierte en un gel caliente fundido, entonces la coraza revienta y el almidón derretido se expande enfriándose y formando la espuma aireada familiar que ya conocemos y saboreamos.
- El término “Nickelodeon” se combina de las palabras “nickel” que eran los 5 centavos que costaba la entrada a estos cines de barriada, y a la palabra griega “odeon” que era la que se usaba para llamar a edificios griegos y romanos en donde había shows musicales, poesías, etc.
- Las palomitas son el bocadillo más antiguo conocido por el hombre, con evidencia de palomitas encontradas en el oeste de Nuevo México que datan de hace 3600 años AC.
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