Al igual que en muchos otros países, al pueblo de México le gusta el cine – y no solo verlo sino hacerlo, y la capital Tapatía es una muestra de ello hasta la fecha.
Annabelle Withford deleitó a los tapatíos hace 119 años, el 31 de mayo de 1895 para ser exacta, bailando en traje vaporoso “La Serpentina”; este pequeño corto fue exhibido en una casa de huéspedes que se encontraba en el Portal Morelos con un Kinetoscopio.
Guadalajara hizo sus primeros pininos en el cine a finales del siglo antepasado y principios del siglo XX. Por aquellos entonces los contendientes principales en el negocio del cine eran Tomás Alva Edison con su Vitascopio y los Hermanos Lumiére con el Cinematógrafo, bien sabemos cuál tuvo más éxito. En 1896 el Vitascopio inició su temporada en el Hotel Humboldt – hoy el Hotel Francés, y el Cinematógrafo hizo su presentación en el Liceo de Varones, hoy el Museo Regional, y estuvo a cargo de los representantes en México de los Lumiére: Claude Ferdinand Bon Barnard y Gabriel Veyre.
En noviembre del mismo año, Manuel Cuesta Gallardo y Lorenzo “el chato” Elízaga, invitaron a Bon Barnard y Veyre a la Hacienda de Atequiza, donde grabaron “vistas” de las labores propias de la hacienda. Las vistas se exhibieron como “Lanzadores y Jineteadores de Atequiza” y fueron distribuidas por toda Europa y otras partes del mundo. Gracias a la compañía de los Hermanos Lumiére, el mundo conoció México por medio de escenas de la vida diaria como un Jaripeo, una pelea de gallos, baile tradicional, un baño de caballos en el canal y peones ayuntando bueyes. En Guadalajara la cinta se estrenó el 12 de noviembre.
El 17 de marzo de 1897, la pelea de box entre James Corbett y Bob Fitzsimmons fue bautizada como La Pelea del Siglo y se llevó a cabo en Carson, Nevada EEUU, fue filmada por Enoch J. Rector y sus escenas llegaron a Guadalajara un año más tarde gracias al tapatío Ciro Ladrón de Guevara, que exhibió escenas de la pelea con un Vitascopio. La pelea había sido censurada en Estados Unidos, pero esa es otra historia.
Ya entrado el siglo XX, el francés Carlos Mongrand presentó su cinematógrafo en el Teatro Degollado durante la cuaresma exhibiendo “La Pasión de Cristo”; muy ad hoc a la época, la cinta mostraba vistas de pasajes extraños en la vida de Cristo y gracias a la música que acompañaba a las imágenes tuvo muy buena acogida por parte del público. En 1903 filmó también al entonces gobernador del Estado de Jalisco, el Coronel Miguel Ahumada, llegando en su coche al Palacio de Gobierno.
Un par de años después, en abril de 1905, abrió la primera sala de cine tapatía: El Salón Verde, ubicado frente a la Catedral en el Portal Morelos. Los Hermanos Stahl, Jorge, Carlos y Alfonso eran los dueños responsables de este salón que constaba de 400 sillas y una pianola. Imaginen a la sociedad tapatía reuniéndose para ver títulos como: “Paseo en los Portales”, “Salida de misa de doce”, “Paseo a Los Colomos” y “Los Patinadores”. Los hermanos Stahl capturaron la vida cotidiana de la capital, quienes por cierto también exhibían en el Hotel Humboldt, en el Teatro Principal y en el Teatro Apolo.
La Familia Bell
La Casa Bell |
En la esquina surponiente de Av. Chapultepec y Av. Patria, en donde hoy se encuentra una tienda siete once, se erigía el Chalet Nigg, una preciosa construcción que más tarde se le conoció como la Casa Bell, debido a la célebre familia que la ocupó alrededor de los 1910’s. La Familia Bell, descendientes de Ricardo Bell un famoso payaso, era una familia creativa. Alberto Bell, hijo de Ricardo, era aficionado a la fotografía y filmó en 1919 “Combate de las Flores”. Pero la gran contribución de esta agradable familia al cine tapatío, fue la producción del primer largometraje de Guadalajara titulado “El Último Sueño”.
Videograma de la película filmada por los Bell |
La película fue protagonizada por los miembros de la familia Bell y fue filmada en la famosa casa, en sus jardines y en sus caballerizas. La producción la realizaron en conjunto con el dueño de la tienda “La Casa del Fotógrafo”, el señor Jesús Hermenegildo Abitia Garcés; juntos realizaron también un cortometraje “Fausto y Margarita”, pero como desafortunadamente no cubrieron los costos de producción fue lo único que hicieron. Ya en solitario el señor Abitia Garcés, filmó la entrada de los constitucionalistas a la ciudad, estas escenas fueron parte de una película más larga - con un nombre igual de largo y creativo - titulada “Marcha del Ejército Constitucionalista por Diversas Poblaciones de la República”.
Otros nombres que podemos mencionar en los inicios del cine tapatío son a la soprano María Cantoni, quien filmó y protagonizó la película “El que a Hierro Mata”, que tenía por locaciones la Hacienda y la Barranca de Oblatos. Gustavo Silva filmó al mismísimo Porfirio Díaz en su paso por Guadalajara en “Viaje a Manzanillo”, mostrando vistas del desfile y la recepción que se le hizo al entonces Presidente de la República en camino al puerto del estado de Colima.
Jalisco y su hermosa Capital han sido desde entonces, además de protagonistas, escenarios para el cine nacional e internacional.
¿Sabías qué?
Hay una anécdota que cuenta que Ricardo Bell fue el único payaso que hizo reír a Porfirio Díaz.
Annabelle Withford fue una bailarina estadounidense y actriz que apareció en numerosas películas mudas muy al principio del cine silente. Se dice que ella introdujo el erotismo en el cine y aunque Annabelle fue muy popular durante su juventud y antes de su matrimonio, murió sin un centavo en Chicago en 1961.
Bibliografía
Vaidovitz, Guillermo, (1987,) “El Cine en Guadalajara”, [en línea], México, Formato PDF, Disponible en internet
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